Actualmente hay varias preocupaciones con respecto a ciertas toxinas ambientales y el posible impacto que pueden tener en las enfermedades del desarrollo. El glifosato (Gly) es el herbicida más utilizado en la agricultura, aunque su uso generalizado está generando controversia en el mundo científico debido a su probable efecto cancerígeno en las células humanas. Gly funciona como un inhibidor de la 5-enolpiruvylshikimate-3-fosfato sintasa (EPSP sintasa), no solo en plantas, sino también en bacterias. Se ha informado un efecto inhibidor sobre la EPSP sintasa de la microbiota intestinal, que afecta principalmente a las bacterias beneficiosas. Por el contrario, Clostridium spp. y las cepas de Salmonella son resistentes a Gly. En consecuencia, los investigadores han sugerido que Gly puede causar disbiosis, un fenómeno que se caracteriza por un desequilibrio entre microorganismos beneficiosos y patógenos. El crecimiento excesivo de bacterias como los clostridios genera altos niveles de metabolitos nocivos en el cerebro, lo que puede contribuir al desarrollo de desviaciones neurológicas. Este trabajo revisa el impacto de la disbiosis intestinal inducida por Gly en el sistema nervioso central, centrándose en los trastornos emocionales, neurológicos y neurodegenerativos. Se investigó una amplia variedad de factores en relación con los cambios relacionados con el cerebro, incluido el resaltado de anomalías genéticas, problemas relacionados con el embarazo, dieta, infecciones, vacunas y metales pesados. Sin embargo, se requieren más estudios para determinar la implicación del herbicida más utilizado internacionalmente, Gly, en los trastornos del comportamiento.
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/31442459?fbclid=IwAR2aYBEKbCa8tWElCdJmydVLZ_uKHMudGomEKOi7uPIM-ldz6aaiwdf9rAA
