Lo que no sabías acerca de las bacterias…

En este mundo desbordado de información, es difícil que podamos conocer de todo, obviamente, y damos por asentado ciertas cosas, ciertos conceptos, ciertos paradigmas. Nos vamos cerrando. Y bueno… uno de esos conceptos es el que las bacterias son “malas”.. y no es necesariamente así.. porque, como en todo, hay de bacterias a bacterias…

Nuestro cuerpo entero está repleto de bacterias. De hecho, son las bacterias las que nos protegen del exterior, y no solo tienen la función de protegernos, sino que hacen que nosotros podamos convivir con el exterior, sin enfermarnos.

Las bacterias actúan como barreras protectoras de la piel, y habitan las mucosas de todo nuestro cuerpo, tanto internas como externas, boca, esófago, intestino, etc.

Incluso, las bacterias pre-digieren nuestros alimentos para que nosotros podamos absorberlos mejor.

Está comprobado que nuestro intestino está directamente relacionado con nuestro sistema nervioso central, y cada día se estudia y se descubre más acerca de la interrelación que existe entre la escacez de bacterias intestinales “buenas” y los problemas mentales como el autismo, en pacientes que recibieron altas dosis de antibióticos en etapas tempranas. Otras enfermedades como depresión, desorden bipolar, esquizofrenia, y ansiedad ha sido asociadas con niveles reducidos de bacterias con propiedades anti-inflamatorias.

La kombucha, el kefir de leche, los fermentos como el chucrut, las bebidas fermentadas locales como el pulque, tejuino, etc. contienen colonias de bacterias “buenas y colaborativas“.

Y es que no sólo son “buenas” sino que también son inteligentes, ayudan a la digestión, sintetizan algunas vitaminas, y forman un «cortafuegos» contra la proliferación de otras bacterias, estas sí, patógenas.

Es por eso que nos ayudan a proteger nuestro sistema inmunológico.. como.. las vacunas originales.

De ahí de cada localidad tiene su tradicional bebida fermentada… conteniendo la variedad de bacterias “buenas” de una comunidad.

Por toda la historia de la humanidad, las personas han hecho bebidas fermentadas, y se conocían las técnicas para conservar los alimentos en casa, como salmueras.

La vida moderna, la industrialización y la globalización dieron más importancia a la comercialización y la practicidad, olvidándose del mundo de las bacterias, esterilizándolo todo. Para poder garantizar la “vida en anaquel” se ha sacrificado el comer “vivo y fresco”. Y esto, ha impactado en nuestra salud directamente, convirtiéndonos en humanos cada vez menos resistentes y con un sistema inmunológico debilitado.

Nuestra carga microbiana es inmensa, nos acompaña desde el nacimiento y convive con nosotros sin abandonarnos jamás. No es exagerado afirmar que «somos nuestras bacterias».

 

 

 

 

 

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